En los últimos años, la demanda de vehículos completamente eléctricos o híbridos se ha visto incrementada enormemente. El desarrollo de este tipo de vehículos es significativamente más complejo que el diseño de los coches convencionales porque incorporan muchos dominios de ingeniería diferentes en un único sistema. Al mismo tiempo, la presión competitiva fuerza a los fabricantes de coches a sacar nuevos diseños mucho más rápido que nunca antes. La industria está yendo a técnicas de modelado físico basadas en matemáticas que permiten a los ingenieros describir con precisión el comportamiento de los componentes que comprenden el sistema y las restricciones físicas en el mismo. Estas ecuaciones del modelo son entonces utilizadas para desarrollar, verificar y refinar los diseños de una forma muy rápida y sin los gastos y tiempos requeridos para construir prototipos físicos.